lunes, 14 de abril de 2008

Conyugalia: ¿Crees que el empresario que explota a una mujer irá a verla al asilo?

“¿Crees que el empresario que explota a una mujer irá a verla al asilo?”

entrevista a eva herman, neofeminista, portazvoz del movimiento europeo por el refeminismo de la mujer, en la contraportada de la vanguardia,

luis amiguet miercoles 2 de abril de 2008

Eva Herman es una famosa periodista de la tele a la que el influyente feminismo alemán puso en la picota porque cuestionó el mantra progre de que la mujer debe sacrificar –o hacer compatible– su maternidad por su carrera. Su defensa del ama de casa profesional le costó el cargo. Hoy es portavoz de un vigoroso movimiento europeo que reivindica el orgullo de la profesión de madre. En su manifiesto, El principio de Eva, Herman esgrime el mandato biológico para que la mujer dedique sus años fértiles a sus hijos y no a aumentar las plusvalías de su empresa. Me llega a la entrevista con un peripuesto abogado que toma puntual nota de todo lo que decimos. Confío en no tener querella...

Aquella feminista cincuentona fue la progre perfecta: renunció a tener una familia y se entregó a su profesión para competir hasta triunfar. Pero después llegaron otras periodistas más jóvenes y también dispuestas a todo para ser mejores que ella. Y, al final, la relegaron.

¡Qué vamos a hacer! El ciclo de la vida.

Mucho peor. Ella no había seguido a la naturaleza: renunció a una parte de sí misma, ser madre. Y la naturaleza le pasó factura. Llegó la menopausia y dejaron de perseguirla sus amantes. Un día invitó a una de sus amigas de toda la vida y se metió en la cocina a prepararle un gran pastel de frutas.

Cocinar relaja si no eres cocinero.

Un delicioso aroma a frutas invadió su pisito y ella se puso a llorar: “Al ponerle la guinda a aquel pastel –me escribió– sentí que volvía a evocar una parte de mí misma que yo había reprimido muchos años”.

Fue al fin la gran madre nutricia.

¡Ser mujer! ¡Alimentar a los demás! ¡Hacerlos felices! ¡Entregarnos sin condiciones!

A mí a veces me sale una paellita...

¿Por qué el capital aliado con la progresía papanatas se empeña en que renunciemos a ser madres por un salario de miseria?

¿...?

¡Porque a nosotras nos pagan menos! ¡Por eso nos quieren trabajando sin hijos! Yo lo que les estoy pidiendo a las alemanas y las europeas más jóvenes es que se planteen si vale la pena renunciar a tener una familia, un hogar, a disfrutar plenamente de ser mujer... a cambio de un triunfo que es una quimera y de unos sueldos ridículos.

Usted, periodista famosa, sí quiso triunfar: no se quedó en casa con los niños.

Me di cuenta demasiado tarde de la estafa capitalista y progre del sistema. Durante 25 años quise ser la mejor: fui presentadora de televisión y a los 38 años, casi fuera de tiempo, por fin me decidí a tener un hijo. ¡Cuánto me arrepiento de no haberme dedicado más al hogar y a los hijos que pude tener!

¿No se puede ser madre y profesional?

El gran engaño es hacernos creer que se puede. Es un timo en el que colabora el gran capital de las empresas y los empleadores y las feministas y el integrismo izquierdista que les dan cobertura al intentar convencernos de que nos hacen un favor al librarnos de las servidumbres del hogar.

La tecnología reproductiva ha prolongado la fertilidad de la mujer hasta los 50.

¡Falso! Eso es antinatural, patológico. Es forzar la evolución natural de los vínculos afectivos: violar la naturaleza con métodos artificiales y castigar a los niños a tener padres con edades inadecuadas. Pero es que, además, es una tontería...

Yo creo que las mamás –tengan la edad que tengan– merecen amor y respeto.

... Pero ¿por qué forzar la naturaleza? ¿Por qué no tener los hijos cuando el cuerpo está preparado? ¿Sólo a cambio de quemarnos en un trabajo que sólo hará ricos a los empresarios? ¿Qué agradecerá más nuestro hijo, la carrera de mamá o tener más salud por haber sido parido a la edad adecuada?

Si quiere, yo también le cuento historias tristes de amas de casa frustradas por no tener carrera y cargadas de niños.

La frustración de esas mujeres no es biológica: son víctimas de la desestructuración de la sociedad, pero han acertado al aceptar que son mujeres y obrar en consecuencia.

¿No se puede ser mujer realizada y feliz sin ser madre? Si quiere, doy ejemplos.

No todas las mujeres tienen la vocación de ser madres. Lo que sí digo es que la maternidad forma parte de la feminidad. ¡Y no vuelvan a llamar maruja a ninguna mujer!

Apodo canalla, en efecto.

¿Lo ve?

Mas información en conyugalia@hotmail.com

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