¿QUE ES CONYUGALIA?
Un matrimonio es feliz cuando ambos cónyuges hacen cosas y expresan sentimientos que hacen que el otro se sienta amado, respetado y apreciado. La felicidad conyugal se basa en un mutuo intercambio de amor y respeto. La comunicación interpersonal es una condición, que por ser esencial, resulta ineludible e irrenunciable. El matrimonio mismo no es otra cosa que comunicación y el amor que une dos personas es dialogo.
Mediante el encuentro y el dialogo el “yo” abre su intimidad al “tu” y ambos se constituyen en un “nosotros”. Lo que comunica une y lo que une permite compartir la existencia en comunión interpersonal. Por el contrario, lo que no se comunica desune, distancia, separa y aísla. Se llega a un punto en que el yo y el tu, incomunicados, se convierten en dos seres extraños, incapaces de unirse, por el desacuerdo permanente, hecho de silencios e ignorancias, en que cada uno se enquista.
Cuando hay problemas algunos matrimonios no saben, no pueden o no quieren poner fin a esa incomunicación que con el paso del tiempo arruina la vida conyugal y familiar. Los cónyuges persisten en ignorar, -de hecho es lo único en lo que están de acuerdo-, la incomunicación que hay entre ellos. Ambos lo saben, son plenamente conscientes e incluso lo proclaman en voz alta. Sin embargo ambos se preparan para sepultar rápidamente la incomunicación que caracteriza su relación, recubriéndola de un silencio muchas veces culpable.
Nosotros enseñamos la vinculación entre la comunicación y la satisfacción conyugal. La felicidad se descubre cuando se acepta el regalo del otro, tal y como el otro es, a la vez que el que acepta se da. Los matrimonios descubren que comunicación, identidad personal y felicidad conyugal se exigen recíprocamente y se produce un cambio que vuelve a unir a los cónyuges y como por capilaridad se transmite a los hijos.
OBJETIVOS
Contrariamente a la creencia popular el amor conyugal no es cosa de suerte, del destino o de algún misterioso poder. Amar es “querer querer”, es lo que nosotros hacemos y decimos para que el otro quiera estar a nuestro lado, y lo que el otro hace y dice para hacernos querer estar cerca de el. Por tanto, ¡ya que el amor y la felicidad conyugal derivan de las interacciones persona-persona, sus ingredientes se pueden enseñar, practicar y aprender!
Debemos aprender -todos nosotros- a ser más efectivos con las personas más próximas y con quienes queremos establecer una relación íntima y significativa. Cada uno de nosotros tiene algunas habilidades sociales que pueden ir mejorándose, pero sin las indicaciones de los demás no podemos cambiar, sólo continuar, año tras año, cometiendo los mismos errores.
Nuestro objetivo es enseñarle habilidades de comunicación y de solución de problemas. Enseñarle a analizar su propia conducta y la de su cónyuge y utilizar procedimientos específicos que produzcan un cambio positivo. Buscamos en definitiva crear hábitos operativos buenos que mejoren y sostengan la relación conyugal haciéndola más plena y feliz.
Cuando un matrimonio sufre dificultades nosotros no asumimos que una persona es la causa del problema. No intentamos buscar la responsabilidad de nadie, sino que, por el contrario, nos centramos en la relación y en qué puede hacerse para incrementar el intercambio de amor y respeto, mejorando sus habilidades de solución de problemas y disminuyendo las tendencias a herirse y rechazarse el uno al otro.
Nuestro objetivo es ayudarle a que aprenda nuevas habilidades de comunicación y técnicas de solución de problemas que puedan mejorar su intercambio de actos y palabras positivas. Esperamos que aprenda a escuchar, a especificar sus agrados y desagrados, a expresar sus sentimientos positivos y negativos, a reconocer y «reforzar positivamente» aquellas conductas de su cónyuge que encuentre agradables, y a enfrentarse con los conflictos y diferencias de forma mutuamente más satisfactoria. Si está dispuesto a aprender estas habilidades, encontrará que su relación llegará a ser más plena, más rica y mucho más profunda. En definitiva será mas feliz.
Mediante el encuentro y el dialogo el “yo” abre su intimidad al “tu” y ambos se constituyen en un “nosotros”. Lo que comunica une y lo que une permite compartir la existencia en comunión interpersonal. Por el contrario, lo que no se comunica desune, distancia, separa y aísla. Se llega a un punto en que el yo y el tu, incomunicados, se convierten en dos seres extraños, incapaces de unirse, por el desacuerdo permanente, hecho de silencios e ignorancias, en que cada uno se enquista.
Cuando hay problemas algunos matrimonios no saben, no pueden o no quieren poner fin a esa incomunicación que con el paso del tiempo arruina la vida conyugal y familiar. Los cónyuges persisten en ignorar, -de hecho es lo único en lo que están de acuerdo-, la incomunicación que hay entre ellos. Ambos lo saben, son plenamente conscientes e incluso lo proclaman en voz alta. Sin embargo ambos se preparan para sepultar rápidamente la incomunicación que caracteriza su relación, recubriéndola de un silencio muchas veces culpable.
Nosotros enseñamos la vinculación entre la comunicación y la satisfacción conyugal. La felicidad se descubre cuando se acepta el regalo del otro, tal y como el otro es, a la vez que el que acepta se da. Los matrimonios descubren que comunicación, identidad personal y felicidad conyugal se exigen recíprocamente y se produce un cambio que vuelve a unir a los cónyuges y como por capilaridad se transmite a los hijos.
OBJETIVOS
Contrariamente a la creencia popular el amor conyugal no es cosa de suerte, del destino o de algún misterioso poder. Amar es “querer querer”, es lo que nosotros hacemos y decimos para que el otro quiera estar a nuestro lado, y lo que el otro hace y dice para hacernos querer estar cerca de el. Por tanto, ¡ya que el amor y la felicidad conyugal derivan de las interacciones persona-persona, sus ingredientes se pueden enseñar, practicar y aprender!
Debemos aprender -todos nosotros- a ser más efectivos con las personas más próximas y con quienes queremos establecer una relación íntima y significativa. Cada uno de nosotros tiene algunas habilidades sociales que pueden ir mejorándose, pero sin las indicaciones de los demás no podemos cambiar, sólo continuar, año tras año, cometiendo los mismos errores.
Nuestro objetivo es enseñarle habilidades de comunicación y de solución de problemas. Enseñarle a analizar su propia conducta y la de su cónyuge y utilizar procedimientos específicos que produzcan un cambio positivo. Buscamos en definitiva crear hábitos operativos buenos que mejoren y sostengan la relación conyugal haciéndola más plena y feliz.
Cuando un matrimonio sufre dificultades nosotros no asumimos que una persona es la causa del problema. No intentamos buscar la responsabilidad de nadie, sino que, por el contrario, nos centramos en la relación y en qué puede hacerse para incrementar el intercambio de amor y respeto, mejorando sus habilidades de solución de problemas y disminuyendo las tendencias a herirse y rechazarse el uno al otro.
Nuestro objetivo es ayudarle a que aprenda nuevas habilidades de comunicación y técnicas de solución de problemas que puedan mejorar su intercambio de actos y palabras positivas. Esperamos que aprenda a escuchar, a especificar sus agrados y desagrados, a expresar sus sentimientos positivos y negativos, a reconocer y «reforzar positivamente» aquellas conductas de su cónyuge que encuentre agradables, y a enfrentarse con los conflictos y diferencias de forma mutuamente más satisfactoria. Si está dispuesto a aprender estas habilidades, encontrará que su relación llegará a ser más plena, más rica y mucho más profunda. En definitiva será mas feliz.
Mas información en conyugalia@hotmail.com
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